Palabras Hno. Carlos por el día de San Marcelino Champagnat

Vamos a celebrar el 6 de junio a nuestro Fundador y Mentor San Marcelino Champagnat. ¡Quién diría! … han pasado 174 años de su partida, para estar mirándonos ahora y apoyándonos desde el Corazón de Dios.


Me pidieron que les contara algo personal de mi vida de hermano marista, de lo que me impactó más en Marcelino, qué importancia y significado él tuvo en mi vida.


Llevo 56 años como marista, no poco en una época donde lo pasajero y lo efímero caracterizan muchas de las vidas y conductas en nuestra cultura post moderna. 


Tres los rasgos que me gustan y considero parte del carisma de todo marista:


– la PRESENCIA, la SENCILLEZ y la FRATERNIDAD


Son rasgos que hoy no están en boca de la gente o de los MCS con frecuencia. Los fui aprendiendo desde muy joven. Fui alumno marista en la primaria y en la secundaria, como lo son ahora Uds. La verdad que mucho ha cambiado desde mi paso por las clases, sentado en bancos de madera…., ni mejor ni peor eran tiempos distintos.


Estas características las quiero describir un poco más en concreto:


– PRESENCIA. ¿a qué me refiero? ¿Recuerdan cuando Champagnat por los años 1840 se va a París, la gran ciudad de las luces para la época, a fin de conseguir que el gobierno le apruebe el Instituto de los Hermanos Maristas y por consecuencia las escuelas y colegios que había fundado? Habrán leído o les habrán contado, ¿cómo caminaba del Ministerio de Educación a su casa y al revés, gastando zapatos y paciencia, para conseguir flacos resultados? 


Pueden imaginarse que Champagnat, cuando enviaba cartas y noticias a los Hermanos desde París contándoles su experiencia de todo lo que vivía, les llega a expresar: ‘encuentro y experimento que Dios está presente tanto en las calles de París, como en los bosques tranquilos y silenciosos del Hermitage’. 



Les pregunto ¿alguna vez, Uds. sintieron esa presencia de Dios en las calles del Barrio Barrio Norte o Recoleta o la Plaza Vicente López…, en el caminar por Santa Fe… o en el entorno tan frenético de todas estas zonas de Buenos Aires? Lo pudieron quizás percibir en el paso veloz de una ambulancia, en la llamada de ayuda de un vecino o vecina, en la fiesta de sus hijos, o celebrando triunfos y logros… Champagnat creía y había experimentado a Dios en toda persona y realidad, por dura que fuera…, lo sintió presente en todo lo creado. Dios presente que camina junto y dentro nuestro en todo tiempo y lugar. Presencia que hace nuevas todas las cosas…, también a mí, a nosotros, a nuestro colegio, a sus familias… Fruto de esta presencia es sentir un corazón pacificado, sereno, tolerante y misericordioso.


Los convoco en este primer rasgo marista a experimentar, hacer presente y recordar esta Presencia de Dios cada día, aunque más no sea de manera veloz y fugaz… y por qué creen Uds. que rezamos algo al comienzo de las clases, en ciertos momentos de la mañana…, es para recordarnos de una presencia que además de encontrarlo en la capilla, en la Eucaristía lo reconocemos presente dentro y junto a cada uno…. Luego de sentir todo esto los desafío a saborear lo que este Dios-Jesús presente les ha dejado.  


Esto hacía vivir a San Marcelino.



– En el CORAZON DE LA HABITACIÓN donde vivió Marcelino, su SENCILLEZ


Tuve la gracia hace algunos años de pasar por la casa que fundó y construyó junto con los Hermanos, que la llamamos HERMITAGE. Ojalá la puedan visitar. 


Está construida en un valle entre dos montañas, donde pasa el río Gier que luego va a desembocar en el Ródano. Esa casa está a pocos Km de la ciudad de Saint Chamond. Hoy ha sido remodelada y pasan mensualmente numerosos peregrinos por allí.


Volvamos a lo nuestro. En la visita que hicimos con el grupo con el cual iba, nos dejaron muchos momentos para conocer, sacar fotos, disfrutar de la naturaleza y de la gente que allí se encontraba. 


En esos momentos libres me iba a la habitación del Padre Champagnat: dos pequeños ambientes, uno el escritorio diríamos hoy…. con piso y techo de tablones de madera, un reclinatorio para rezar o confesar, una silla… Luego el dormitorio, un cama y lo necesario para lavarse … nada más. Allí pusieron unas sillas y unos reclinatorios para los que querían permanecer un tiempo rezando o simplemente respirando y absorbiendo todo lo que ese lugar representaba. Lugar donde un santo, un hombre de Dios había vivido y experimentado allí. Distinto de las habitaciones de muchos de Uds. ¿verdad?


La luz que entra al atardecer te favorece el silencio y la meditación. ¿Sentiste alguna vez la paz? ¿Haz sentido alguna vez latir tu corazón porque alguien está tocando a tu puerta? Allí, todo te habla de una persona que no vivió para ella misma, sino para los demás. Allí dentro encontré solo lo esencial, no hay nada de más… Desde esa habitación puedes ver el mundo marista y tu vida como marista desde la perspectiva del Fundador: ‘todo el mundo entra dentro de nuestras miras’, todo el mundo de la niñez y juventud estaba presente en esa habitación, en la sombra de esa tarde. 


Percibí que el corazón de Marcelino flotaba en esa habitación. Sentí que su corazón se hacía universal, ampliaba la mirada, ensanchaba el corazón. Cientos de caras y de grupos maristas de todos los continentes pasaron por mi imaginación y bajaban a mi corazón.


Prueben hacer esta experiencia escuchando o mirando noticias, reportajes de maristas en el mundo. Hoy llamamos a esta sensación muy real ‘’Champagnat global, el mundo al que pertenecemos…’, y pensar que esa habitación encerraba todo esto.


– La FRATERNIDAD.

Un concepto que a niños y jóvenes les atrae y desean experimentarlo. La soledad ya la sentimos un poco durante la pandemia, alejados de sus amigos y amigas, se encerraron en las redes sociales como forma de contacto con el exterior… Cómo deseaban volver a la escuela, al colegio donde estaban sus afectos… Esto lo escuché mucho en Roma donde pasé la pandemia.


Al marista la fraternidad es un mandato evangélico, nace en el pasaje donde Jesús en la Cruz mira a su Madre y al discípulo y apóstol Juan y le dice: ‘Mujer ahí tienes a tu hijo…’, luego mira a Juan y le dice: ‘ ahí tienes a tu Madre’...  Nos convertimos en hijos de María y hermanos de Jesús. La fraternidad cristiana que Marcelino adoptó como característica fundamental para ser vivida, y aparece dentro de nuestro carisma que nos distingue, nos la dejó en su testamento espiritual: ‘que puedan decir de Uds. como de los primeros cristianos: ‘miren cómo se quieren’.


La fraternidad nos abre a una perspectiva más amplia, nos abre incluso a lo distinto, a lo que es impensable, porque todos somos hermanos e hijos. Hermanos entre nosotros e hijos de María, la Buena Madre. En la escuela, en nuestros grupos, en nuestras comunidades, FRATERNIDAD es lo que hoy necesitamos, buscar juntos es lo que nos falta para abrazar realidades bien diversas, somos personas bien distintas, culturas bien diferentes. El avanzar y el prosperar no se dará sin esto y sin educación que es ante todo una cuestión de amor y responsabilidad. Se imaginan que HOY existen en el mundo alumnos, alumnas, familias, educadores maristas en Japón, en Zimbawue, Alemania, USA, España, Colombia, Irak, Sri Lanka, SudAfrica….y podemos seguir por 80 países más.



Termino con un proverbio chino que lo tomo de una charla que tuve con el Hno. Ben Consigli, Consejero General de USA.  ‘’Si quieres un año de prosperidad… cultiva grano.

Si quieres 10 años de prosperidad… cultiva árboles

Si quieres 100 de prosperidad… cultiva personas’’.


Este es mi aporte reflexivo en este día que lo tengo muy en mi corazón, el Marcelino Champagnat que ilusionó y bendijo lo que deseaba vivir.


Estrecho la mano de cada uno, y cada una de Uds. Son las personas que Champagnat hoy pone en mi vida de hermano.


Gracias.